A veces dejamos de hacer las cosas porque asumimos que ya alguien las ha hecho y que lo que digamos o hagamos puede no aportar valor. Una de esas cosas es expresarnos acerca de algún tema que nos interese. En este caso escribir sobre Inspiración, evolución y plenitud. Recuerdo a Martín Luther King cuando expresó: “que nuestra vida inicia su decadencia el día en que dejamos de pronunciarnos sobre las cosas que importan”. Mi principal intención con este corto artículo, es generar otro espacio de reflexión, de los muchos que hay acerca de asuntos que la humanidad ha tenido que poner especial cuidado por la situación que estamos viviendo de pandemia.

Deseo hacerlo desde la mirada de la POSIBILIDAD; es decir, deseo hablar de lo positivo y como convertir en retos y oportunidades cada situación nueva que nos está tocando vivir. Por eso los invito a que reflexionemos sobre como vivir una vida inspirados en evolución.

Necesitamos más inspiración en la vida, más personas inspiradas, más hechos inspiradores. Vivir una vida inspirada tiene que ver con que nuestras actitudes y creencias vayan en armonía con nuestra fuente y nuestro espíritu. No me refiero a una “religión” precisamente. Cada uno de nosotros puede tener un enfoque particular sobre lo que crea respecto al espíritu, al alma y a Dios. Lo que considero importante es que todos debemos reconocer que venimos de la misma fuente. Venimos de un lugar divino, producto de una inteligencia organizada. La verdad no importa como lo llamen, yo la llamo Dios. Incluso la física cuántica habla de que todos nos originamos en un lugar divino producto de una inteligencia organizada.

Vivir una vida inspirada la entiendo como la manera en que estemos en armonía con la esencia espiritual de la cual nos originamos todos. Que nuestras acciones, sentimientos y sobre todo nuestros pensamientos estén conectados con esa fuente de la cual venimos.